jueves, 18 de agosto de 2016

LAS AVES DEL RIO BERNESGA

Hace poco de menos de veinte años que me mude de casa, a un barrio nuevo al norte de la ciudad en León (España), fuimos de los primeros vecinos en un barrio que pronto se hizo muy popular, por la izquierda del mismo discurría el rio Bernesga poco más que un arroyo que atraviesa la ciudad, disponía de  una presa en cabecera que lo regulaba para abastecer de agua a una central térmica situada al norte,  mas tarde se recreció para paliar el fuerte estiaje que sufría cada verano agravado por  los riegos  a los prados en los pueblos ganaderos ribereños del norte.
 Cuando me instale en León al principio de los años ochenta el río Bernesga era un rio torturado, encauzado desde el puente romano de San Marcos, como un canal de desagüe sucio y pestilente, donde toda suerte de empresas vertía sin control sus residuos incluidas las aguas residuales de la ciudad, del puente romano aguas arriba el cauce era un revoltijo de pequeñas fabricas: farmacéuticas y de grasas, fincas y escombros.
Entonces como un pequeño milagro las cosas empezaron a cambiar, el barrio que lucia una abandonada y obsoleta urbanización fruto de otros tiempos y paralizada por juicios y sentencias que bloquearon su desarrollo como ensanche de la ciudad en  los años sesenta, se desbloqueo, súbitamente las autoridades regionales herederas de la mayor parte del suelo urbano planificaron una nueva forma de hacer ciudad, en esos oportunos momentos la universidad de la ciudad planteo una manera ecológica de acondicionar el cauce del rio, para entonces estoy hablando de finales de los años ochenta del siglo pasado, tanto la depuradora de la gran empresa farmacéutica instalada en  la ciudad como la depuradora de aguas residuales urbanas estaban ya construidas y en funcionamiento lo que posibilito la depuración del maltratado río.
Desde entonces he paseado asiduamente por las orillas del rio, al cual se limpio, saneo y planto en su orilla izquierda algunos árboles y poco más que sendas para paseantes y bicis además de  pequeños puentes peatonales, dejando el cauce inundable totalmente natural y cambiante, solo con alguna pequeña escollera de simple piedra a modo de refuerzo.
 Los primeros años aparte de contemplar el incesante trasiego de gravas que arrastra y sedimenta el río, pequeñas inundaciones en las islas, poco mas se podía observar si acaso el conspicuo azulón o ánade real que lo mismo está haciéndonos compañía que en las islas norteñas del Atlántico Norte, que ramoneando entre las piedras y sauces, evidentemente nos acompañaban gorriones, urracas, lavanderas y colirrojos tizones, típicas aves de ciudad, hace unos diez años empezamos a observar garzas reales pescando en el río y a ver pasar fugazmente cormoranes grandes el terror de los pescadores.

Hará como unos seis  años observamos que una pequeña colonia de martinetes se había instalado para criar en una de las islas de invierno del río, justo la más próxima al puente romano y al hostal de San Marcos y empezaron a coger la costumbre al atardecer de ir a capturar gobios en una pesquera cercana
Este año (2016) los martinetes se han traído a unos amigas las garcetas bueyeras unas sureñas que no le han hecho ascos a nuestras frías primaveras, a estas últimas no se las ve pescar en el río porque prefieren seguir al ganado en los prados y alimentarse con los insectos que levantan, pero de vuelta al nido al atardecer las garcillas son de costumbres diurnas se detienen en el río a beber un traguito de agua, antes de volver con sus polluelos al río porque parece que han criado con éxito.
                                                                                                             
Este mes de enero hemos tenido una invitada excepcional la garza grande, una señora de clima cálido pero ya presente en el delta del Ebro, debe haber venido de exploración haber si el barrio le gusta y se instala para pasar el invierno o criar un poco como todos nosotros.
                                                                                       
Los martines pescadores han vuelto a recolonizar este tramo del río y ya es relativamente fácil espiar su silueta azul relampagueante, así como otros pájaros como la curruca capirotada.
Y para completar la cadena trófica de vez en cuando una pareja de cernícalos vulgares  juega entre nuestros tejados, ahuyentando  a las palomas; domesticas, torcaces, tórtolas y turcas que de todo tenemos.
Esta entrada no quiere ser un listado exhaustivo de aves, para eso os pongo a continuación unos estupendos enlaces de pajareros auténticos, que os informaran del número de parejas, nidos y fechas con unas fotos maravillosas.
Solo es el relato de una vecina que lleva muchos años paseando por el río de al lado de su casa y recuerda que los tiempos pasados de ninguna manera son los mejores.

Que una depuración eficaz y pequeños aciertos en la gestión ambiental y urbanística que no encarecieron el proyecto están proporcionando refugio a muchas especies algunas emblemáticas y calidad de vida a los humanos que tenemos que vivir en ciudades lejos del medio natural.

http://martinreybirdwatching.blogspot.com.es/2016/06/colonia-de-martinetes-del-bernesga.html

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