El Yodo es un elemento no metálico, se caracteriza como otros halógenos, por la facilidad con la que adquiere un electrón y actua como yoduro (I-). Se suele encontrar en el agua marina en bajas concentraciones en la forma de yoduros y yodatos, que entran a formar parte del ciclo metabólico de la mayor parte de la fauna marina incorporándose como nutriente al fitoplancton y zooplancton.
Desde allí, formando parte de la cadena trofica termina acumulándose en los grandes predadores o depositandose en el sedimento. Tambien puede concentrarse debido a la actividad biológica de algunas algas.
Desde allí, formando parte de la cadena trofica termina acumulándose en los grandes predadores o depositandose en el sedimento. Tambien puede concentrarse debido a la actividad biológica de algunas algas.
El yodo es una de las piezas que forma parte de la construcción de las hormonas tiroideas esenciales en el sistema nervioso y el metabolismo.
El gran reservorio de yodo esta en los océanos, en las aguas superficiales se evapora entrando en la atmósfera, el carbón y el petróleo también contienen yodo que liberan a la atmósfera una vez combustionan.
El yodo en el aire en forma de yoduro se combina con el vapor de agua y precipita en mares y ríos y en el suelo donde se combina con facilidad con la materia orgánica y permanece en el medio mucho tiempo, la vegetación absorbe los compuestos orgánicos yodados pasando a los herbívoros y a los humanos directamente o a través de ellos.
El yodo en el aire en forma de yoduro se combina con el vapor de agua y precipita en mares y ríos y en el suelo donde se combina con facilidad con la materia orgánica y permanece en el medio mucho tiempo, la vegetación absorbe los compuestos orgánicos yodados pasando a los herbívoros y a los humanos directamente o a través de ellos.
El único isótopo estable es el yodo 127, de los 22 restantes el mas importante es el yodo 131, constituye la avanzadilla de los radionucleidos de un escape nuclear tiene una vida media muy corta 8 días.
Junto al yodo 131, se liberaron a la atmósfera grandes cantidades de Cesio (Cs) 135 y 137, el comportamiento biológico de Cs-137 es similar al del potasio. Después de entrar en el organismo, se distribuye uniformemente por todo el cuerpo, con mayor concentración en el tejido muscular y menor en los huesos, la vida biológica media del cesio es corta, aproximadamente de 50 días.
El 9 de marzo de 2011 las redes de alerta radiológica de alta sensibilidad detectaron por primera vez los radionucleidos yodo 131, Cesio 134 y 137 en España. procedentes de los gases radiactivos liberados a la atmosfera en el accidente de la Central Nuclear de Fukusima
Islandia, Austria, Alemania, Francia y el resto de los países que poseen centrales nucleares y por tanto sofisticadas redes de alerta y control lo detectaron igualmente.
Según los servicios metereólogicos en esas fechas hubo dos zonas de entrada para el aire contaminado una pluma penetro por el golfo de León el otro por Portugal a la altura de Cáceres.
Desde entonces hasta el 15 de abril fecha del último informe colgado en la web del Centro de Seguridad Nuclear, http://www.csn.es/, la redes han detectado en España cantidades en el límite de la detección en la mayoría de los casos, alcanzando su máximo de actividad radiológico entre el 23 de al 30 de marzo decayendo a partir de allí, los últimos datos corresponden al 11 de abril, a partir de ahí, coincidiendo con el silencio de los medios, silencio, después de una avalancha informativa abrumadora.
Una información que ha polarizado a la opinión pública española decididamente en contra de los riesgos no tan hipotéticos de la energía nuclear. Justo cuando sus promotores comenzaban a tantear la posibilidad de un reinicio en la construcción de nuevas centrales, al calor del calentamiento global, el declive del petroleo, las limitaciones de las renovables y la lejania aún de la energía nuclear de fusión
También se publicaron datos sobre concentraciones radiológicas de diverso vegetales de consumo de diversas poblaciones españolas, leche y hierba, produciéndose el mayor pico de actividad a finales de marzo.
La última y por desgracia esperada noticia es la presencia de Estroncio 90 (Sr), en las aguas del Pacifico próximo a Fukusima.
El estroncio 90 tiene una vida media de 29 años, este metal blando y pesado reacciona rápidamente con el agua formando hidróxidos y liberando hidrógeno, entra con facilidad en la cadena trófica y es fácilmente absorbido por el cuerpo humano, se comporta en el organismo igual que el calcio, acumulándose en el hueso ,de esa manera se prolonga la exposición radiactva.
¿Cuanto tardará en llegar a nosotros? ¿Y que forma adoptará?
Urgen estudios oceanográficos que tracen su trayectoria y evalúen su impacto en el consumidor, Fukusima esta mas cerca de lo pensamos.
El domingo 4 de noviembre de 2011 se detecto una nueva fuga de 45 Tm de agua contaminada con estroncio 90 en la central nuclear de Fukushima, los responsables de la central avisan que parte ha podido filtrarse al exterior y llegar a una zanja exterior que comunica con el mar.
ResponderEliminarEl agua contaminada con estroncio 90 fuertemente radiactivo, tiene un un nivel de contaminación de 130.000 becquereles por cm3.
El gravisimo accidente nuclear de Fukushima todavía le queda mucho para resolverse, y tendremos que seguir esperando nuevas fugas al oceano Pacifico de elementos radiactivos persistentes y acumulativos en las cadenas troficas, que sin duda mas tarde o mas temprano llegaran a los alimentos que consumimos