¿Cuál es el
principal desencadenante de los incendios a igualdad de condicionantes climáticas?
La falta de productividad del monte, mientras en el este y centro
de Castilla se ampliaron y reforzaron las zonas boscosas, algunas repobladas en
el siglo XVIII con éxito, como es el caso de los pinares de pinos piñoneros de
Valladolid y Segovia, que sirvieron para afianzar la capa de arenas dunares,
que amenaza con abnegar los cultivos una vez que fueron liberadas del manto
protector del encinar originario, en otros casos como en Soria, Burgos y
Segovia, los técnicos se limitaron a favorecer un árbol autóctono de un gran
valor maderero como es el pino silvestre a costa del improductivo rebollo, en
todo caso el proceso se reanalizó respetando los cultivos y no creando fricciones
con los pobladores rurales, también influyo la carencia de pastos y tradición
ganadera, hay que recordar que esas zonas apenas contribuyeron a la Mesta y carecen de vías
pecuarias verdaderamente importantes.
Maderas de gran calidad de pino silvestre
Al carecer de conflictos, y conseguirse productividad en las masas forestales tanto monetarias como sociales, estos bosques arden en contadas ocasiones y prácticamente siempre por fenómenos naturales o verdaderos accidentes, la respuesta de las poblaciones a los incendios es masiva y el control de las mismas a individuos pirómanos, locos y/o vengativos es total
Por el contrario tanto Galicia
como León y Zamora (Sanabria) han sido regiones vocacionalmente ganaderas, donde
muchas de estas primeras repoblaciones se realizaron en zonas denominadas
técnicamente montes pero tradicionalmente dedicadas a pastos.
Pinares de repoblación
El monte generado en estos casos,
trajo jornales y servicios, pero no fue capaz de generar ni de mantener
riqueza, tenemos un ejemplo de esta gran equivocación histórica, en un pequeño
valle próximo al pantano de Luna en León, cuando hace mas de 30 años una
empresa minera muy conocida en estos días, repobló con el afán de recuperar su
inversión en madera para un futuro lejano y poder ahorrarse los costos de la madera
para sus explotaciones de interior.
Los tiempos han cambiado tanto
que la empresa en la actualidad no dispone de una sola mina de interior en la provincia
de León, tampoco pudo utilizar su flamante madera le resultaba mas caro
extraerla del monte que comprarla en el mercado.
Lo que dio la razón a los que
eran contrarios a este tipo de repoblaciones pero no pudieron ni argumentar ni
dialogar gracias a este tipo piadoso de nepotismo ilustrado, reinante en
aquellas fechas, donde las protestas acababan en el cuartelillo de la Guardia Civil.
¿Qué le quedó a las poblaciones afectadas?
Ajo y agua
Y quemar
Y eso es lo han venido haciendo
en muchos casos con ira, con rencor, con diversión y a veces con cachondeo,
durante estos últimos 50 años.
Y sobre todo con una gran
permisividad social.
Porque antes de los años sesenta
no había incendios en los montes, si no me creéis, iros corriendo a
preguntárselo a vuestros abuelos.
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