martes, 15 de febrero de 2011

El futuro de las ciudades 1

 Aunque todavía estemos en los inicios del siglo XXI, ya se vislumbra que nuestras ciudades no pueden seguir incrementando exponencialmente su parque automovilístico, todos los intentos de los políticos para “aconsejar” al ciudadano que deje su coche aparcado y opte por el transporte público han sido vanos, y en parte por lo contradictorio de sus mensajes.

                        Terrazas de la plaza mayor de Salamanca

Vivimos en ciudades de estructura mediterránea, con centros muy marcados, en la mayoría de los casos directamente medievales, hasta la generación de nuestros padres, la mayoría de nuestros desplazamientos los hacíamos caminando, las plazas y los bulevares eran lugares de encuentro, de charla, de negocio, de diversión, nuestras ciudades crecieron, pero sobre todo crecieron a lo alto.


Maqueta de una megaciudad del Forum de las naciones celebrado 2004 en Barcelona

Existe otro tipo de ciudad que se contrapone al modelo anterior, es la ciudad extendida, formada por exiguo centro, y rodeada de barriadas o suburbios de casitas bajas y unifamiliares, con un pequeño jardín, cuando este tipo de ciudad se expandió y creció lo hizo en extensión convirtiéndose en algunos casos en megaciudades.

Durante estos últimos años hemos venido asistiendo en nuestro país a una proliferación de urbanizaciones rodeando los centros históricos de las ciudades, en muchos casos estaban formadas por chalet adosados y/o unifamiliares, en otros por construcciones moderadamente bajas. Nuestras ciudades en general han crecido en extensión, los servicios se han encarecido y la dependencia al coche de los nuevos urbanitas se ha hecho insustituible, la contradicción surge cuando por mucho que se haya aumentado el transporte público y me consta que en las grandes ciudades españolas en este sentido si se ha hecho un gran esfuerzo, no se ha conseguido frenar el transporte privado dentro de las ciudades, si no mas bien todo lo contrario, con el problema añadido del estacionamiento en los centros o en las periferias de las ciudades para cada vez mas numeroso parque automovilístico.

Los ayuntamientos que no saben como solucionar el problema del trafico han recurrido a todo, especialmente se han especializado en prohibir.

Prohibir estacionar, o regularlo por horas, incluso prohibir circular, para ello han recurrido a métodos altamente sofisticados, mediante cámaras y programas informáticos, incluso últimamente a resucitado obsoletos métodos colectivos de transporte urbano, como el tranvía en los centros de la ciudad, con el fin suponemos de que el trafico sea tan infernal que el usuario se niegue a luchar contra los elementos y deje su coche en casa, claro que esto no puede valer si la casa esta situada a 3 o10 Km del centro urbano, o sencillamente es un visitante por trabajo/ placer  de la ciudad.


                     Galerías comerciales de Agia Triada cultura Minoica Creta

Las ciudades llevan existiendo desde hace 10.000 años han sobrevivido a todo, han sido el hogar de la civilización tal como la conocemos ahora, en ella la libertad, y la ciencia se han desarrollado, somos ciudadanos gracias a ellas.

En la época moderna, desde la industrialización hasta nuestros días, la ciudad ha sufrido tres estrés ambientales graves, el primero lo origino el carbón con que se calentaban los vecinos y alimentaban a sus industrias, el segundo fueron los gases de los automóviles de gasolina con plomo, (SO2+Pb) que circulan por las grandes avenidas y autopistas interiores de la ciudad, la tercera también esta relacionada con los automóviles y se debe a un cambio creciente en el tipo de combustible utilizado, el gasoil reservado hasta hace pocos años para vehículos pesados que circulaban casi en exclusividad por carretera, se ha ido incorporado de manera creciente en los turismos, y es el responsable de  estar inundando nuestra atmósfera respirable de minúsculas partículas altamente toxicas PM 2,5.

Para resolver un problema hay que conocerlo primero, creo que los habitantes de las ciudades, en muchos casos sensibilizados con la emisión gases de efecto invernadero, con la destrucción de la capa de ozono, con los antiguos problemas de contaminación de las ciudades  ya en muchos casos superados, y aun no han tomado conciencia.

A pesar que este invierno esta siendo especialmente duro y se están superando los ya laxos limites de inmisión de contaminantes en las grandes ciudades de España e Italia

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