Está claro que desde que
los globalizadores desencadenaron la crisis del 2008 también llamada La Gran Recesión, el Medio Ambiente ha ido
marcha atrás a nivel mundial y de calamitoso a nivel local, esto viene a cuenta
de la última ocurrencia de la consejería de agricultura de la Junta de Castilla
y León que no se le ha ocurrido otra que arrojar más que lanzar un decreto
autorizando la quema de rastrojos por motivos fitosanitarios, en especial para frenar
la población de topillos (Microtus arvalis) que periódicamente asola nuestras
estepas cerealistas.
En su exposición de motivos
la consejería motiva su decisión en consultas a las Organizaciones
Profesionales Agrarias más representativas ninguna mención a Instituciones Científicas
tipo CSIC, Panel de Expertos en Cambio Climático, Universidades u otros
Organismos u Organizaciones de reconocida solvencia científica y Medio
Ambiental.
Y lo ha hecho casi
coincidiendo con las conclusiones de la Organización Mundial de la Meteorología
(OMM) que su informe anual publicado el pasado lunes 24 de octubre, ha relevado
que en 2015 por primera vez en la historia, la cantidad media de CO2 acumulado
en la atmosfera ha superado la barrera simbólica de las 400 ppm (partes por
millón). Aunque este límite se había superado en algunos lugares concretos,
nunca antes se había mantenido como media durante un año entero para la
totalidad del globo, por lo que los expertos desde la OMM auguran que hemos
entrado en una Nueva Era Climática
que junto la Nueva Época Geológica el “Antopofeno”, que comenzó 1952 nos anuncia un caminar de la
humanidad por terrenos desconocidos.
La cuestión es que en ambos casos la
intervención humana ha sido determinante, el CO2 acumulado en la atmosfera es
en gran parte producto de las
actividades humanas, en cuanto nuestra entrada en el Antropofeno cuyo nombre es
muy expresivo, fue datado en las primeras evidencias de isotopos radiactivos en
los sedimentos a nivel mundial.
No vamos a enumerar la
lista de perjuicios que la quema de rastrojos produce a los terrenos fértiles,
a la capa de humus, a los invertebrados y vertebrados asociados a los campos
cultivados, tampoco nos detendremos en el riego que supone para los incendios
sean forestales o afecten a vías de comunicación, dada la obviedad del tema aunque
en el decreto se dan pautas para minimizar este riesgo.
Lo que no es de recibo es
que se tomen decisiones que afectan a toda la sociedad de una manera tan
sectaria, que no se tenga en cuenta la tensión climática en que estamos
inmersos y amparados por el descontrol legislativo ambiental mundial.
Que una Administración tome
a la ligera medidas totalmente
discutibles, obsoletas, que contribuyen a aumentar el nivel de CO2 a nivel
mundial y que además de que no frenaran las periódicas plagas de topillos
(enlazo al final con artículos relacionados con este tema presentes en el
blog) producirán mas infertilidad a los campos, lo que ocasionará un aumento de consumo de fertilizantes y abonos, por tanto un aumento de la contaminación hídrica, tanto superficial como subterránea y
finalmente un riesgo de incendios que por muchas y apropiadas
medidas que se tomen habrá que considerar.
Y es que son estas pequeñas
decisiones las que nos están llevando a un camino sin retorno.
http://cristinacarralero.blogspot.com/2010/10/el-topillo-campesino-un-colonizador-que.html
http://cristinacarralero.blogspot.com/2010/11/la-plaga-del-verano-de-2007-la-gran.html
http://cristinacarralero.blogspot.com/2010/11/la-remision-de-la-plaga-causas.html
http://cristinacarralero.blogspot.com/2010/11/epilogo.html
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